“#EnQuéEstamos

¡Es una alegría estar vacunada! En la bitácora de una bacterióloga del ICMT

Fotografía: Oficina de Comunicaciones

En una mañana de abril del 2020 Paola Andrea Ríos Agudelo, bacteriologa con 7 años y medio de trayectortia del Instituto Colombiano de Medicina Tropical (ICMT), procesó por primera vez en su profesión pruebas para coronavirus SARS-CoV-2, un virus que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima un rango de infección entre 1,4 y 2,5, por el contacto directo con secreciones respiratorias.

La bacterióloga Paola Ríos llegaba cerca de las 6:00 a.m. a la sede del ICMT en la IPS CES Sabaneta para procesar aproximadamente de 100 a 150 pruebas diarias, junto con 3 compañeros más. Al comienzo, las extracciones para COVID-19 se hacían manualmente con un kit de extracción, tiempo después el ICMT consiguió un extractor mecánico, conocido como termociclador donde se hace el diagnóstico de PCR.

Al principio salíamos muy cansados, aporreados por los elementos de protección especialmente por el tapabocas N-95 y las gafas que tallaban. Yo siempre mantenía tranquilos a mi familia, y mis compañeros eran consientes de la situación. Aunque todos teníamos miedo por el virus, usábamos todos los elementos de bioseguridad, a pesar de que nos maltratara”, expresó Paola.

Al comienzo de la emergencia sanitaria, Colombia solo tenía tres laboratorios disponibles para analizar 2.200 pruebas al día. Pero en el trascurso del 2020 fueron avalados 165 laboratorios por el Instituto Nacional de Salud (INS), donde el ICMT de la Universidad CES logró ser acreditado para el diagnóstico por coronavirus. El laboratorio puso a disposición 4 bacteriólogos, con todos los elementos de bioseguridad, dentro de los espacios para el procesamiento y diagnóstico de las pruebas.

Una luz de esperanza

Un año después del comienzo de la pandemia y del procesamiento de pruebas por parte de Paola, ella recibió en abril del 2021 la esperanzadora noticia de que iba a ser vacunada por pertenecer a la primera línea de atención de la pandemia.

Me sentí feliz cuando me llamaron, es una alegría inmensa, algo inexplicable. Yo imaginé desde el primer momento que podía ir a visitar a mis abuelos y no saludarlos desde la puerta. Aunque las dos dosis me dejaron un poco cansada y adolorida, en mí no cabía el sentimiento de emoción, de compartir de nuevo con mi familia”,manifestó la bacterióloga.

Aunque ella no está en contacto directo con pacientes positivos (por coronavirus SARS-CoV-2, es susceptible al contacto continuo con secreciones nasales y bucales de personas que van en busca de un resultado. Ella pertenece a una primera línea oculta, que también está en riesgo de contagio por el procesamiento diario de análisis.

Cuando Paola comenzó con el procesamiento de la COVID-19, en la familia ya no habían visitas, ni besos, ni abrazos. Nos preocupaba que ella se infectara pero ella siempre nos tranquilizaba con que estaba muy bien protegida. Aunque en los primeros meses de pandemia no nos podíamos ver, ella siempre llamaba para saber cómo estábamos, es una alegría saber que ya está vacunada”, con voz nostálgica Luz Dalia Agudelo, madre de la bacterióloga, compartió su experiencia.

Aunque estar vacunados no significa estar exentos del contagio, en un articulo publicado por la revista Xataka de medicina, se analiza que de 66 millones de las personas vacunadas, lo que equivale al 0,0088% de la población mundial, tuvo menos probabilidades de desarrollar síntomas o enfermarse gravemente relacionadas con el COVID-19. Y solo el 0,0001% del total de vacunados murieron por coronavirus, una cifra que disminuye la mortalidad del virus.

Deja un comentario

Comparte esta información: