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Mauricio Duque Ramírez: el Profesor Emérito que ha dedicado toda una vida al corazón

Fotografía: Oficina de Comunicaciones

Redacción Laura Guerrero Coronado

Mauricio Duque Ramírez nació el 10 de enero de 1959 en la ciudad de Medellín. La temprana muerte de su padre, a causa de un infarto, despertó en él el interés por el cuerpo humano y el deseo de ayudar a las personas con afecciones cardiacas. Así fue como se convirtió en el primer electrofisiólogo en Colombia y cofundador del área de cardiología en la Clínica CES. Actualmente sus publicaciones superan los 350 artículos, más 15 libros y 80 capítulos en investigaciones.

Por su excelencia y compromiso con el aporte al conocimiento cardiológico en Colombia y en el mundo, el Dr. Duque fue nombrado como Profesor Emérito de la Universidad CES en los Actos Académicos 2023.

Familias numerosas: la clave de su descubrimiento

Entre sus más de 350 artículos científicos, el Dr. Duque tiene una investigación en específico que marcó un hito médico y, por el cual, en 2001, recibió el premio Ramón Atalaya en Ciencias Básicas en el Congreso Colombiano de Cardiología.

Junto con el Dr. William J. McKenna, cardiólogo londinense y profesor de University College of London, publicó un artículo que describe, por primera vez, un gen que produce cardiopatía hipertrófica. El Dr. Duque recibió un día en su consultorio de Medellín a una paciente que tenía en su familia, una gran cantidad de muertes súbitas.

“Empecé con esa paciente y le hice un análisis de Pedigrí a toda su familia. Eran aproximadamente 250 personas ( familia muy numerosa del Oriente antioqueño) de las cuales ya habían fallecido alrededor de 100 súbitamente, con todos los que quedaban vivos, los cité y les hice todos los estudios que se podían en ese momento en Medellín, hice una de descripción de la enfermedad la cual era una cardiopatía hipertrófica no descrita en la literatura, o sea, el

corazón estaba grueso desde el punto de vista genético”, relató el Dr. Duque en diálogo con el Boletín Enlaces Digital.

Luego de este hallazgo, y en un congreso europeo de Cardiología en el 2000, conoció al Dr. McKenna, quien se interesó por su investigación: tanto por la agresividad como por la cantidad de pacientes. Solicitó que, desde Colombia, se enviaran muestras de DNA de toda la familia, para secuenciar los genes que producen esta enfermedad. Al final, encontraron que la respuesta de la muerte de alrededor de 100 personas de esta familia se encontraba en sus genes:

“El corazón tiene 12 proteínas cardíacas para la contracción y cada una viene secuenciada por un gen especifico, en una de esas proteínas se encontró una alteración, la cual se transmite de forma autosómica dominante. Es decir, si un paciente sufre de esta enfermedad y tiene varios hijos, la mitad de sus hijos van a heredar este padecimiento”, afirmó el investigador CES.

Inicios en la medicina

En 1982 obtuvo el título de su pregrado como médico cirujano en la UPB y como cardiólogo en la misma institución en 1988. Posteriormente, ingresó a la Universidad de Limburg, Países Bajos, y se convirtió en el primer latino en ser entrenado como electrofisiólogo en esta institución:

“Cuando estaba terminando mi entrenamiento en cardiología escribí al hospital de Maastricht vinculado a la Universidad de Limburg y me contestaron que solo me podían recibir en él año 1993, puesto que estaban muy copados de solicitudes. Inesperadamente recibí una carta del Dr. Hien J.J. Wellens (mi profesor en Holanda) que me quería recibir lo más rápido posible, puesto que él no había entrenado a nadie de Colombia y de Latinoamérica y quería hacerlo, para desarrollar esta especialidad en Colombia”, relató el Dr. Duque.

Como lo recuerda el investigador, por ser una técnica reciente no muchas personas creían que la electrofisiología tuviese utilidad. Sin embargo, poco después de iniciar sus estudios en Países Bajos, el interés por esta especialidad se popularizó en Colombia y fue llamado del Centro Cardiovascular Colombiano Clínica Santa María, ahora Cardio VID, para iniciar el programa e implementar las novedosas técnicas que había aprendido en Europa:

“En Agostos del 89 me vinculé a la Clínica Cardiovascular como electrofisiólogo. En ese momento solo había equipos rudimentarios y se empezó a importar equipos sofisticados para trabajar en el manejo de las arritmias

cardíacas a través de catéteres. Esta técnica en ese momento no se había realizado en Colombia. Fuimos pioneros en Medellín de la electrofisiología colombiana y suramericana. También empecé a implantar los dispositivos como marcapasos de una, dos y tres cámaras y posteriormente fui pionero de los implantes de cardiodesfibriladores”, rememoró.

Inicios con la U. CES

Desde 1989 estando como electrofisiólogo de la Clínica fue profesor adscrito del CES. En 1996 empezó un nuevo camino en la Clínica Medellín, centro aliado para la docencia servicio de la Universidad CES. Allí fundó el programa de Cardiología y Electrofisiología y empezó investigaciones junto con la universidad. También comenzaron los primeros pasos de lo que, en 2006, se convertiría en el programa de posgrado de Electrofisiología, de la Facultad de Medicina CES, en el que el Dr. Duque validó su título para ser ante el Ministerio de Salud, como él dice, en el electrofisiólogo 001 de Colombia:

“Todo lo que hacíamos era nuevo, por lo tanto teníamos que describirlo. Nosotros veíamos pacientes en las rondas, en las salas de procedimientos, etcétera, y eran síndromes o diagnósticos que apenas están empezando a escribir en el mundo. Mi investigación siempre ha sido preferencialmente una investigación clínica, distinta a la persona que está en el laboratorio”, apuntó el Dr. Mauricio Duque.

A su vez, ejercía como docente en la U. CES y cada vez formaba más especialistas en este campo. Elaboró el currículo de electrocardiografía de quinto semestre de Medicina y se vinculó al programa de Medicina Interna como docente para, finalmente en el 2010, y junto al Dr. Hernán Vélez y el Dr. Mauricio Jaramillo, fundar el departamento de Cardiología de la Clínica CES y sus dependencias de hemodinámica, electrofisiología, ecocardiografía, etc.

Hoy en día, y después de una activa vida aportando al conocimiento, el Dr. Duque ha optado por empezar a vivir de una forma más tranquila. En los últimos años ha entregado varias de sus responsabilidades a su gran equipo en el que tiene total confianza y ha empezado a vivir sus pasiones. Aunque ya no es profesor activo, reconoce que siempre ha sido una profesión que le ha llenado el corazón y que si algo puede dejarles a los estudiantes es la calidad humana.

“La docencia toda la vida fue una pasión y por eso no recibí honorarios durante muchos años. Eso hace parte de mi entrenamiento, toda la vida vi que mis

profesores tenían ese amor por la docencia. A mí me apasiona cuando estoy en la práctica: pasando revista, o en la sala de procedimientos con los residentes me siento pleno. Usualmente siempre tenía rotando conmigo cuatro o cinco residentes, internos, tres o cuatro estudiantes de pregrado. Mi filosofía es que los alumnos aprendan no solo Medicina, sino algo más, les enseñó otras cosas filantrópicas de la medicina, como el respeto por el paciente y su familia”, concluyó el Dr. Mauricio Duque.

Por su excelencia y compromiso con el aporte al conocimiento cardiológico en Colombia y en el mundo, el Dr. Duque fue nombrado como Profesor Emérito de la Universidad CES en los Actos Académicos 2023.

Familias numerosas: la clave de su descubrimiento

Entre sus más de 350 artículos científicos, el Dr. Duque tiene una investigación en específico que marcó un hito médico y, por el cual, en 2001, recibió el premio Ramón Atalaya en Ciencias Básicas en el Congreso Colombiano de Cardiología.

Junto con el Dr. William J. McKenna, cardiólogo londinense y profesor de University College of London, publicó un artículo que describe, por primera vez, un gen que produce cardiopatía hipertrófica. El Dr. Duque recibió un día en su consultorio de Medellín a una paciente que tenía en su familia, una gran cantidad de muertes súbitas.

Empecé con esa paciente y le hice un análisis de Pedigrí a toda su familia. Eran aproximadamente 250 personas ( familia muy numerosa del Oriente antioqueño) de las cuales ya habían fallecido alrededor de 100 súbitamente, con todos los que quedaban vivos, los cité y les hice todos los estudios que se podían en ese momento en Medellín, hice una de descripción de la enfermedad la cual era una cardiopatía hipertrófica no descrita en la literatura, o sea, el corazón estaba grueso desde el punto de vista genético”, relató el Dr. Duque en diálogo con el Boletín Enlaces Digital.

Luego de este hallazgo, y en un congreso europeo de Cardiología en el 2000, conoció al Dr. McKenna, quien se interesó por su investigación: tanto por la agresividad como por la cantidad de pacientes. Solicitó que, desde Colombia, se enviaran muestras de DNA de toda la familia, para secuenciar los genes que producen esta enfermedad. Al final, encontraron que la respuesta de la muerte de alrededor de 100 personas de esta familia se encontraba en sus genes:

El corazón tiene 12 proteínas cardíacas para la contracción y cada una viene secuenciada por un gen especifico, en una de esas proteínas se encontró una alteración, la cual se transmite de forma autosómica dominante. Es decir, si un paciente sufre de esta enfermedad y tiene varios hijos, la mitad de sus hijos van a heredar este padecimiento”, afirmó el investigador CES.

Inicios en la medicina

En 1982 obtuvo el título de su pregrado como médico cirujano en la UPB y como cardiólogo en la misma institución en 1988. Posteriormente, ingresó a la Universidad de Limburg, Países Bajos, y se convirtió en el primer latino en ser entrenado como electrofisiólogo en esta institución:

“Cuando estaba terminando mi entrenamiento en cardiología escribí al hospital de Maastricht vinculado a la Universidad de Limburg y me contestaron que solo me podían recibir en él año 1993, puesto que estaban muy copados de solicitudes. Inesperadamente recibí una carta del Dr. Hien J.J. Wellens (mi profesor en Holanda) que me quería recibir lo más rápido posible, puesto que él no había entrenado a nadie de Colombia y de Latinoamérica y quería hacerlo, para desarrollar esta especialidad en Colombia”, relató el Dr. Duque.

Como lo recuerda el investigador, por ser una técnica reciente no muchas personas creían que la electrofisiología tuviese utilidad. Sin embargo, poco después de iniciar sus estudios en Países Bajos, el interés por esta especialidad se popularizó en Colombia y fue llamado del Centro Cardiovascular Colombiano Clínica Santa María, ahora Cardio VID, para iniciar el programa e implementar las novedosas técnicas que había aprendido en Europa:

En Agostos del 89 me vinculé a la Clínica Cardiovascular como electrofisiólogo. En ese momento solo había equipos rudimentarios y se empezó a importar equipos sofisticados para trabajar en el manejo de las arritmias cardíacas a través de catéteres. Esta técnica en ese momento no se había realizado en Colombia. Fuimos pioneros en Medellín de la electrofisiología colombiana y suramericana. También empecé a implantar los dispositivos como marcapasos de una, dos y tres cámaras y posteriormente fui pionero de los implantes de cardiodesfibriladores”, rememoró.

Inicios con la U. CES

Desde 1989 estando como electrofisiólogo de la Clínica fue profesor adscrito del CES. En 1996 empezó un nuevo camino en la Clínica Medellín, centro aliado para la docencia servicio de la Universidad CES. Allí fundó el programa de Cardiología y Electrofisiología y empezó investigaciones junto con la universidad. También comenzaron los primeros pasos de lo que, en 2006, se convertiría en el programa de posgrado de Electrofisiología, de la Facultad de Medicina CES, en el que el Dr. Duque validó su título para ser ante el Ministerio de Salud, como él dice, en el electrofisiólogo 001 de Colombia:

Todo lo que hacíamos era nuevo, por lo tanto teníamos que describirlo. Nosotros veíamos pacientes en las rondas, en las salas de procedimientos, etcétera, y eran síndromes o diagnósticos que apenas están empezando a escribir en el mundo. Mi investigación siempre ha sido preferencialmente una investigación clínica, distinta a la persona que está en el laboratorio”, apuntó el Dr. Mauricio Duque.

A su vez, ejercía como docente en la U. CES y cada vez formaba más especialistas en este campo. Elaboró el currículo de electrocardiografía de quinto semestre de Medicina y se vinculó al programa de Medicina Interna como docente para, finalmente en el 2010, y junto al Dr. Hernán Vélez y el Dr. Mauricio Jaramillo, fundar el departamento de Cardiología de la Clínica CES y sus dependencias de hemodinámica, electrofisiología, ecocardiografía, etc.

Hoy en día, y después de una activa vida aportando al conocimiento, el Dr. Duque ha optado por empezar a vivir de una forma más tranquila. En los últimos años ha entregado varias de sus responsabilidades a su gran equipo en el que tiene total confianza y ha empezado a vivir sus pasiones. Aunque ya no es profesor activo, reconoce que siempre ha sido una profesión que le ha llenado el corazón y que si algo puede dejarles a los estudiantes es la calidad humana.

“La docencia toda la vida fue una pasión y por eso no recibí honorarios durante muchos años. Eso hace parte de mi entrenamiento, toda la vida vi que mis profesores tenían ese amor por la docencia. A mí me apasiona cuando estoy en la práctica: pasando revista, o en la sala de procedimientos con los residentes me siento pleno. Usualmente siempre tenía rotando conmigo cuatro o cinco residentes, internos, tres o cuatro estudiantes de pregrado. Mi filosofía es que los alumnos aprendan no solo Medicina, sino algo más, les enseñó otras cosas filantrópicas de la medicina, como el respeto por el paciente y su familia”, concluyó el Dr. Mauricio Duque.

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