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Luis Felipe Ceballos Villa y su amor por las farmacias

Fotografía: Oficina de Comunicaciones

Redacción Laura Guerrero Coronado

Luis Felipe Ceballos Villa es tecnólogo en Regencia de Farmacia de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB), en convenio con la Universidad CES de Medellín. Nació en Pereira en 1981. Hace 14 años vive en Bogotá y desde el 2014 es dueño de varias farmacias de la franquicia Farmacenter. 

Sus papás siempre estuvieron relacionados con las ciencias de la salud: Marta Torres, regente de farmacia y José Ceballos, visitador médico. Desde pequeño pasaba horas en las droguerías familiares aprendiendo el amor por los “tarritos” y conversando con su mayor inspiración: su mamá. 

Se graduó en 1998 de la Institución Educativa Jesús María Ormaza en la ciudad de Pereira y entró a estudiar Psicología en la Universidad Católica de Pereira. Sin embargo, seis semestres después se dio cuenta de que ya no quería estudiar Psicología y que realmente “estaba en una época de mi vida donde no entendía mucho de lo que me pasaba y no me interesaba entender lo que les sucedía a otras personas y me retiré”, recordó Ceballos. 

Luego de un buen regaño de su papá por salirse de la carrera, continuó haciendo turnos en la farmacia y allí encontró su pasión. Por el cáncer linfático de su mamá tuvo que irse para Bogotá y, en 2014, se graduó como Técnico en Auxiliar de Farmacia de Unisalud. En ese mismo año nació Rafaela, su hija, y desde ese entonces encontró su compañera de vida. 

Continuó su camino en la salud y en la pandemia estuvo en la Cruz Roja en Bogotá como subdirector de la Unidad de Cuidados Intensivos. Luego de esto, en 2021, se graduó como Tecnólogo en Regencia de Farmacia de la UNAB, en convenio con la U. CES. Como lo recuerda Felipe, la excelencia y el respaldo de las universidades fue lo que lo motivó a optar por estudiar: “la flexibilidad de horarios, el alto respaldo de la UNAB a nivel profesional y si a eso le sumaba que tenía convenio con la Universidad CES mi título era más importante de lo que me había imaginado”. 

Hoy en día ama su trabajo. Desde que tiene su negocio ha procurado que el servicio al cliente y la excelencia sea lo que lo represente. Como lo explica Ceballos “Para mí, todas las personas que vienen a hablar conmigo son mis amigos” y es que desde hace buen tiempo empezó a buscar formas de impactar positivamente en las personas. Ahora prefiere llamar antes que escribirles a sus amigos, mira a las personas a los ojos y se asegura de que cada cliente que entre a Farmacenter entienda el porqué y el para qué de los medicamentos. 

Con los años desarrolló un fuerte amor por la tranquilidad, la naturaleza y todos aquellos planes que lo saquen de la rutina. Ama la pesca, el silencio, y siempre se toma el café frío. Rafaela se convirtió en el principal motor de su vida, en su mayor fuente de luz y amor y, desde que ella nació, cada año ha escrito cartas para ella con los miedos, logros y sueños de cada año. Se las va a entregar cuando tenga 15 años así que aún faltan 6 cartas llenas de amor. 

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