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Redacción Oficina de Comunicaciones

Hasta el 11 de marzo se podrá ver en el Teatro Universidad CES de Medellín, TICK, TICK BOOM, la historia de Jon, un artista que, en el afán de cumplir su sueño de escribir y producir su ópera prima, enfrenta el reto de combinar su mundo creativo con el mundo de sus vínculos en la vida real. Una existencia a punto de estallar.

La obra, dialoga con temas esenciales como la salud mental, los trastornos de ansiedad, provocados por la presión constante de las agujas del reloj. Y también pone en el foco a la comunidad LGBTIQ+, al reflejar la estigmatización frente surgimiento del HIV y lo que implicaba ser homosexual bajo ese contexto.

Ésta exquisita producción cuenta con una puesta en escena de alto vuelo creativo, que no imita las múltiples versiones que giran alrededor del mundo, sino que logra construir una identidad propia, totalmente adaptada a nuestra cultura. Cuenta también, con banda en vivo y excelentes interpretaciones.

La excelencia de TICK, TICK BOOM no sólo radica en su brillante partitura y dramaturgia, sino que también se destaca por ser un claro exponente social, de una época y una generación: los 90´s. Es la primera obra de

Jonathan Larson, y en ella se ve desplegado todo el abanico de temas que lo obsesionaban: la confianza en la vocación, la autorrealización, la búsqueda del éxito y los límites del tiempo para lograrlo.

¿Qué escoges tú? ¿Miedo o libertad?

La presión que el reloj y el devenir del tiempo ejecuta en las personas y en la sociedad, es un tema que nunca deja de ser actual y tiene nombre: ANSIEDAD. “TICK TICK BOOM”, esta pieza maestra del teatro musical, es una muestra fiel de ello.

Nuestro protagonista, Jon, es un artista, y está atravesando una profunda crisis. Próximo a cumplir treinta años y en pleno proceso creativo, se enfrenta a los interrogantes que genera el abismo de lo incierto, al terror que nos genera aquello que no podemos controlar. Lleva a cuestas la mochila del reloj biológico, los mandatos sociales y la incapacidad de poder articular los vínculos en su vida personal con todo lo que conlleva lo profesional, su vocación. Seas artista o no, TICK TICK BOOM nos refleja como individuos inmersos en las aguas del deber ser.

¿Estoy tarde? ¿Estoy a tiempo? ¿Qué es el éxito? ¿Estoy cerca o lejos de ser exitoso? ¿Estoy cumpliendo con las expectativas que tienen de mí? ¿Estoy ganando o estoy perdiendo? Jon, el protagonista de nuestra historia, no tiene paciencia, lo quiere todo ya y las agujas del reloj lo tienen acorrallado.

Cualquier similitud con la actualidad no es mera coincidencia. Si bien los mandatos sociales, en cierto modo, han cambiado, es decir que ya no estamos obligados a cumplir con ciertas costumbres, la globalización, el crecimiento tecnológico y la proliferación de las redes sociales dieron como resultado la necesidad de lo inmediato. Por lo tanto, los trastornos de ansiedad se han potenciado. Que una obra de teatro ponga todos estos asuntos sobre la mesa, representa una excelente posibilidad de efecto reflejo para profundizar el diálogo, para pensar, repensar y reflexionar. Todas opciones que parecieran acortar la brecha del poder sanar

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