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El Amarrabollo y el Chachafruto, las especies del bosque andino vulnerables al Fenómeno de El Niño en Colombia

Fotografía: Shutterstock

Redacción Oficina de Comunicaciones

Lo que en principio parecía un secreto a voces, ahora es toda una realidad: Colombia atraviesa por el fenómeno de El Niño. Como consecuencia de las altas temperaturas y la reducción de las precipitaciones, este calentamiento comenzaría a pasar factura sobre los ecosistemas que, como si fuera poco, ya enfrentan otras amenazas.

De acuerdo con estudios adelantados por investigadores de la Universidad CES en Medellín en conjunto con otras instituciones de educación superior, se ha corroborado que algunas especies de los bosques Andinos pueden ser vulnerables a periodos prolongados de sequía. Esta susceptibilidad llevaría a instancias de provocar la muerte de los individuos de estas especies.

Así lo asegura la docente de los programas de Biología y Ecología de la Universidad CES, Estela Quintero Vallejo, quien es bióloga, magíster y doctora en Ecología y Gestión Forestal de la Universidad de Wageninen (Holanda). Para ella, la ola de calor puede ocasionar afectaciones en los bosques andinos.

En bosques que son muy diversos, como los Andinos, empezar a perder especies, considerar que hay una mortalidad de algunas especies, eso empieza a cambiar un poco lo que decimos de cómo se componen y funcionan estos bosques. Esto puede tener consecuencias muy graves para las interacciones en los ecosistemas”, precisa la doctora Quintero Vallejo.

Dentro de los análisis, menciona dos especies vulnerables a la temporada seca. La primera es el Amarrabollo o (Meriana nobilis). Esta es una especie nativa con presencia en territorios de Antioquia, Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Quindío y el Valle. Puede alcanzar una altura máxima hasta de 15 metros, con flores muy vistosas y de colora fucsia intenso. Tiene una función ornamental, pero solo sobreviven en zonas muy húmedas en un rango altitudinal de 1001-1500 metros sobre el nivel del mar, según el Catálogo de Flora del Valle de Aburrá.

La otra es el Chachafruto (Erythrina edulis) una especie nativa cuyas semillas son de consumo humano. Además, se emplea como alimento para cerdos y gallinas por su alto contenido proteínico en las hojas. También es empleada para la recuperación de suelos.

La grave consecuencia es que estas plantas atraen polinizadores, producen frutos, si estas especies no están en el ecosistema, si no cuentan con interacciones específicas, genera un efecto en cascada. En periodos de dos o tres meses las plantas podrían sobrevivir, pero no sabemos si se extiende mucho más. Ya las plantas con todas las estrategias que tenga, no lograrían sobrevivir”, advierte la docente CES.

Pero la falta de precipitaciones y humedad no es la única amenaza. Los incendios forestales que por estos días se registran en diferentes zonas del país, también pueden provocar la pérdida del suelo y con ello, la existencia de especies vegetales y animales. Depende de la intensidad y duración del incendio pueden generar que los suelos queden expuestos a la temperatura de los rayos del sol, la alta radiación y eventualmente a la erosión y perdida del mismo.

Los efectos de la sequía prolongada se pueden reflejar en los ecosistemas al igual que en las actividades cotidianas de las personas. Si los productos y la energía eléctrica se encarecen y para esto los académicos recomienda reutilizar el agua dentro de los hogares y disminuir el consumo de energía de algunos electrodomésticos.

En segundo lugar, para el cuidado de la vegetación sugieren no encender fogatas, no arrojar basuras ni recipientes de vidrio en sitios verdes, parques o zonas de reserva.

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