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Redacción: Jimena Bedoya Moncada.

Aprender a ponerle límites emocionales (son todos esos sentimientos que tienen las personas), a la pareja, amigos, familia y hasta a ti mismo va a garantizar relaciones afectivas más sanas, así lo afirma Sara Valderrama, psicóloga de la Universidad CES.

Primero debemos entender que un límite es expresar y comunicar todo aquello que nos gusta, qué no nos gusta, que nos afecta, qué es importante para nosotros y, sobre todo, cómo queremos ser tratados por los demás. El objetivo de poner límites en las relaciones afectivas es evitar que otras personas interfieran en las necesidades y prioridades que tenemos como individuos.

“Es importante saber que no todos los individuos tienen los mismos límites, para una persona una broma puede ser algo divertido mientras que para otra puede ser un factor estresante. Por esto, es importante primero conocerte a ti mismo, tómate el tiempo para pensar que te gusta, que no te gusta y que buscas en una amistad, de esta manera, vas a poder establecer límites a las personas que te rodean”, puntualizó Sara Gaviria Castrillon, psicóloga de la Universidad CES.

Existen límites físicos (marcan el fin de una superficie o separación entre dos cuerpos) y los emocionales nos permiten estructurarnos como personas generando autonomía y regulación entre nosotros y los demás.

“Hablando de forma asertiva, no gritando y evitando ser groseros podemos expresar todo aquello que nos molesta y que no estamos dispuestos a permitir que el otro nos haga. Por ejemplo, cuando alguien coge nuestras pertenencias sin nuestro permiso debemos hacerle saber a la otra persona que cuando necesite algo de nosotros nos lo puede hacer saber”, expresó Sara Valderrama Quintero, psicóloga de la Universidad CES.

Cuando le comunicamos a la otra persona todo aquello que nos incomoda de una manera adecuada vamos a evitar que el otro se moleste por manifestar algo que nos disgusta, asegura la profesional.

En ocasiones solemos permitir que otras personas, por ejemplo, los amigos tomen decisiones por nosotros. Les decimos sí a todas las exigencias que ellos tienen para con nosotros, sin embargo, aprender a decir que no cuando no nos sentimos cómodos nos va permitir ponernos como prioridad sin pasar por encima de otras personas.

“Hay que hacer un reconocimiento de que las interacciones con los demás no dependen de que nos digan que sí a todo, en caso de que así sea esto es un signo de alarma porque si la otra persona no tolera mis diferencias no me está teniendo en cuenta, está siendo egoísta”, enfatizó Santiago Herrera Díaz, docente de la Facultad de Psicología CES.

Sara Valderrama Quintero comentó que la comunicación es una de las acciones que más debemos tener en cuenta para una sana convivencia con nuestros amigos. Saber transmitir los sentimientos de molestia o desagrado puede ser algo incómodo a tratar con nuestras amistades, pero abordar estos temas a tiempo ayuda a solucionar conflictos de manera temprana y de una mejor forma.

“Al compartir nuestros límites emocionales con la otra persona estamos permitiendo que los demás nos conozca aún más, lo cual es la base para una sana relación de amistad. Es importante que cuando vayas a establecer un límite hables desde lo que te genero a ti una acción que haya hecho la otra persona, (me sentí de esta manera…, este comentario me hizo sentir…, no me sentí cómodo con…), ya que, de esta forma estas estableciendo todo lo que te desagrada y estas favoreciendo un ambiente de diálogo, pero si por el contrario das una verdad absoluta, (tu comentario es irrespetuoso) puedes generar que la otra persona dé su punto de vista de porque no considera que el comentario sea irrespetuoso y no entendería que estas poniendo un límite”, manifestó Sara Gaviria.

Si evitas estas acciones a la hora de poner límites emocionales con tus amigos serás más asertivo, asegura la psicóloga de la Universidad CES Sara Gaviria Castrillon:

· Actuando de la misma forma como lo hizo la otra persona solo generará un conflicto mayor.

· Decir su punto de vista de una manera agresiva, imponiendo a los demás cómo deben tratarte y empleando el miedo para lograr tu objetivo.

· No comunicar a tiempo algo que te molesta. Esta es una actitud pasivo agresiva no se debe tener para establecer límites. Es importante expresar nuestro malestar en el momento en que ocurra.

· No hablar de forma directa con la otra persona sino a través de otros.

¿Cómo pongo límites a mis amigos?

Primero debemos identificar cuáles son los límites que tenemos como persona: conocer nuestros propios límites permitirá que le hablemos con claridad a los otros sobre lo que no estamos dispuestos a permitir.

Aceptar y respetar los límites emocionales, físicos y sociales de los otros: si respetamos a los demás y sus peticiones las otras personas van a querer respetarte a ti.

Expresar de forma adecuada nuestros límites: utilizando el lenguaje adecuado podemos llegar a acuerdos entre ambas partes, para que se sientan cómodas con la resolución de diferencias que se tengan.

Poner límites es progresivo: “cuando nosotros nunca hemos puesto limites empezar a ponerlos es difícil porque las personas ya están acostumbradas a hacer ciertas acciones por ejemplo si a mí siempre me han dado 2000 pesos diarios y de un momento a otro me dan 1000 me voy a incomodar y voy a querer mis dos mil porque era un patrón que ya venía establecido”, concluyó Sara Valderrama.

Según Sara Gaviria Castrillon, psicóloga de la Universidad CES recomienda que si después de expresar nuestros límites a las personas que nos rodean siguen actuando de una manera inadecuada, es importante tomar distancia social haciéndole saber a la persona el motivo por el cual no se va a seguir interactuando con ellos, entendiendo que no es un acto egoísta con los demás y que de esta manera estas cuidando tu salud mental sin hacerle daño a nadie.