“#EnQuéEstamos

El arduo trabajo de una bacterióloga en pandemia: María Isabel Osorio

Fotografía: Oficina de Comunicaciones

Cuando el sol salía en el oriente a las 6:00 a.m. en un día opaco de abril del 2020, María Isabel Osorio Pulgarín, una bacterióloga y magíster en Medicina Tropical de 27 años de edad, se disponía a enfrentar por primera vez la COVID-19 en los laboratorios del Instituto Colombiano de Medicina Tropical (ICMT) de la Universidad CES.
Con sus manos protegidas por guantes de nitrilo, la bacterióloga recibía alrededor de 150 a 200 muestras de coronavirus al día.

Al inicio de la pandemia en Colombia, dentro del Instituto Colombiano de Medicina Tropical teníamos un equipo reducido, donde había compañeros que tomaban muestras por fuera, 4 de nosotros nos encontrábamos en los laboratorios procesando las pruebas y recibiendo el material que llegaba de hospitales para el diagnóstico”, manifestó María Isabel.

En la primera ola de contagios en la cual Colombia llegó a 1‘041.935 casos confirmados de la COVID-19, con 30.753 muertes acumuladas, el personal de los laboratorios del ICMT asumió el arduo compromiso de trabajar entre 10 a 12 horas para mayor procesamiento de muestras por coronavirus.

Cuando las neveras con las muestras llegaban al laboratorio, seguíamos unos protocolos de bioseguridad para no correr ningún riesgo de contagio, y tener la capacidad para el procesamiento de las 200 pruebas. Yo en especial era muy cuidadosa con los implementos, porque en mi casa se encontraba mi abuela, quien había acabado de salir de quimioterapia hacia un mes”, compartió.

María Isabel ejecutaba el procesamiento de pruebas de SARS-CoV-2 en 5 pasos los cuales consistían en: validación de muestras, extracción de ARN, ingreso a un extractor, cuantificación del ARN por muestra y por último el ingreso de la prueba a un equipo de PCR, que daría un resultado positivo o negativo.

Un lugar para la esperanza

Por la alta exposición que María Isabel tenía con el virus, ella llegaba a su casa cerca de las 9:00 p.m. y su familia desde la puerta le entregaban una toalla y alcohol para su desinfección.

Nosotros teníamos el temor de que ella saliera contagiada. Pero ella en los tres primeros meses tomó la decisión de que sería la única que estuviera en el segundo piso de la casa, con la puerta de su habitación cerrada. Yo era la encargada de llevarle la comida hasta las escalas, y cuando no había nadie cerca ella salía”, expresó María Camila Osorio Pulgarín, hermana de la bacterióloga.

Sin embargo, la bacterióloga fue puesta en primera línea por el ICMT, para recibir la primera dosis de su vacuna en abril del 2021 junto con 55 personas más, de las sedes en los municipios de Apartadó y Sabaneta, y para vigilancia epidemiológica.

Cuando me aplicaron la vacuna no sentí nada físico, solo me dolía como una sensación de mancada. Me sentí emocionada cuando me vacunaron junto con mis otros 4 compañeros. Sin embargo, sigo teniendo la consciencia que aunque esté vacunada debo cuidarme y debo cuidar a mi familia, porque estoy en constante exposición”, complementó María Isabel.

Según información de la Dirección de Desarrollo del Talento Humano en Salud, en 2020 el país contaba con 801.776 personas con formación en salud. Hasta la fecha, el total de vacunas aplicadas en esta población alcanza las 708.350, lo que representa una cobertura del 88 %.

Deja un comentario

Comparte esta información: