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Mujeres cuidadoras tienen alta probabilidad de desgaste físico y emocional

Fotografía: Shutterstock

El papel que ha ejercido la mujer en la sociedad ha estado tradicionalmente circunscrito al ámbito familiar, y a pesar de que ha ido asumiendo otros roles, esta ha sido reconocida históricamente como la cuidadora natural de la familia, labor que no solamente ha estado enfocada en la crianza de hijos, sino también en brindar atención, apoyo y cuidados a familiares que por enfermedad o discapacidad requieren de ayuda permanente para la realización de las actividades básicas de la vida.

La inserción de la mujer en el mercado laboral ha llevado a que esta, además de asumir las tareas de cuidado y atención de familiares, deba alternar su tiempo con otras actividades laborales implicando esto un excesivo desgaste físico y mental.

La Facultad de Enfermería de la Universidad CES de Medellín viene acompañando al municipio de Envigado en la ejecución del programa Cuidadores, el cual se enfoca en brindar apoyo y acompañamiento a cuidadores primarios encargados de suplir las necesidades de familiares que por discapacidad o enfermedad requieren de atención y ayuda constante.

“A pesar de que la responsabilidad de cuidado sea asumida por el grupo familiar, esto termina siendo solo una categoría general que oculta en su interior una realidad en la cual es solo uno de los miembros de la familia quien asume la labor de cuidado y es principalmente una mujer”, expresó Maité Catalina Agudelo Cifuentes, docente de la Facultad de Enfermería CES.

Según la Facultad, entre los beneficiarios del programa, hay 486 personas sujetos de cuidado cuyo cuidador primario es una mujer (86,2%); en la mayoría de los casos es hija de la persona a la que cuida (54,3%); aunque también hay quienes cuidan de sus hermanos (14,2%) y esposos (12,3%).

Además del acompañamiento que se realiza a las familias, el programa Cuidadores también hace tamización de las condiciones relacionadas con la salud física, mental y calidad de vida, tanto del sujeto del cuidado como de su cuidador primario, para lograr impactar positivamente sobre estos aspectos.

“Se ha podido identificar como una parte importante de las mujeres que ejercen esta labor son mayores, con una edad promedio de 59 años. Cerca de la mitad alcanzaron como máximo nivel educativo la primaria, y un poco menos de la mitad son casadas o tienen el acompañamiento de su pareja (43,2%)”, explicó Dedsy Berbesi Fernández, decana de la Facultad de Enfermería.

Estas mujeres convertidas en protectoras de la salud de sus familiares dependientes, tienen una alta probabilidad de desgaste físico y emocional. Al respecto, se ha identificado que una de cada cinco mujeres cuidadoras refiere una sobrecarga intensa; así mismo, nueve de cada diez cuidadoras perciben su calidad de vida como deteriorada o regular, donde el componente más afectado de la calidad de vida es el de relaciones sociales seguidos de la salud física.

Esta importante labor de cuidar, fue descrita por la Facultad de Enfermería a través de un libro Calidad de vida de las personas en situación de dependencia por enfermedad o discapacidad y sus cuidadores derivado del análisis de las características de los cuidadores y sujetos de cuidado, donde se hizo especial énfasis en la percepción de calidad de vida y sobrecarga de los cuidadores primarios. Esto permite resaltar el papel que desempeña la mujer como principal encargada del cuidado de familiares que requieren apoyo o asistencia constante, y que derivado de esto se expone a unos riesgos antes la multiplicidad de roles que debe asumir. La sociedad se encuentra frente al reto de equilibrar y conciliar los roles que tradicionalmente se han asignado a la mujer, no solo frente a otros grupos sociales sino al interior mismo de la familia.

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