“#EnQuéEstamos

Sembrando memoria, egresados CES crearon servicio de compostaje animal

fachada empresa PLEIA

Fotografía: PLEIA

El proyecto convertido en la empresa PLEIA nació en 2012 cuando Daniel Correa Jaramillo se encontraba culminando su carrera profesional de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad CES de Medellín. De aquí surge el ideal sostenible por cuidar el medio ambiente y preservar la memoria de las mascotas fallecidas.

Daniel Correa tuvo la iniciativa de transformar los cuerpos de las mascotas fallecidas en compostaje para que crecieran árboles de especies como guayacanes amarillos, ceibas, suculentas, que son las plantas comúnmente sembradas en la región antioqueña.  

Sin embargo, el emprendimiento no fue puesto en marcha hasta que Melissa Naranjo Hoyos, actual socia de la empresa y también graduada de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES, perdiera a su fiel compañera Rosita, un French Poodle que estuvo durante 18 años a su lado.

En el 2015 me encontraba de viaje cuando recibí una llamada de mi familia diciéndome que a Rosita le habían aplicado la eutanasia. Ella ya se encontraba muy malita y por eso la decisión. Llegué del viaje a ver a mi perrita fallecida y solo encontré unas cenizas, sin foto, ni algo que me la recordara; el sentimiento en mí fue frustración y tristeza”, expresó Naranjo.

Rosita había estado en la vida de Melissa desde sus 6 años de edad, el lazo de mascota y dueña fue convertido en una conexión de amistad y amor. El día de su deceso no se pudo despedir de ella, su cuerpo ya no estaba cuando llegó a Medellín.

“De ahí nació mi impulso de empezar con el proyecto de PLEIA, para que los dueños encuentren un lugar donde puedan visitar a su compañeros más fieles que ya fallecieron”, comentó Naranjo.

Después de sus vivencias, en el 2016 Melissa y Daniel con la ayuda de Carolina Cataño Gil, gerente del CVZ (Centro de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES), decidieron emprender y crear Animal Compost, lo que actualmente es PLEIA.

El CVZ  ha sido un gran amigo para PLEIA, desde el comienzo recibimos su apoyo y empatía por ofrecerle nuestros servicios a sus clientes, a parte que nuestro proyecto creció dentro del CVZ”, afirmó Naranjo.

La sede principal del emprendimiento estaba ubicada en el corregimiento de Santa Elena, en el Centro Oriente de Medellín. Ellos buscaban un lugar tranquilo en el cual se pudiera sembrar un árbol, flor o planta que germinaba con el compostaje del cuerpo de la mascota.

“El proceso de compostaje comienza cuando la mascota fallece y dura aproximadamente entre 4 y 5 semanas mientras el cuerpo se descompone. A través de la biotecnología se aplican principios naturales que ayudan a la degradación del cuerpo y que no emita malos olores, dejando que este regrese a la tierra. La mascota es sepultada desde la primera semana para aportar la energía y materia rica en nutrientes y minerales para el proceso de biotransformación en la planta que el dueño desee sembrar”, manifestó Daniel Correa.

El nombre de PLEIA en el 2020, hace referencia a un cumulo de estrellas en el universo y al estado de volver al principio de las cosas, la vida. Por esta razón su lema es, “life after life”, vida después la vida.

Desde el comienzo del emprendimiento han logrado la reducción de 52 toneladas de emisión de CO2, porque cuando los animales son cremados emiten gases que contaminan y con el proceso de compostaje se ayuda a evitarlo.

Actualmente se encuentran ubicados en el municipio Guarne, en el Oriente antioqueño, donde están cerca de 5.000 mascotas sepultadas y casi 4.000 mil árboles que nacieron del suelo donde yace el cuerpo del animal.

“Tenemos el propósito de no ser una funeraria tradicional donde todo es oscuro y lúgubre. Queremos ser un espacio de vida, donde no se encuentra una lápida sino un árbol en el cual está la mascota. Esto es PLEIA, transformación”, concluyó Correa.

Deja un comentario

Comparte esta información: