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Estudiante de Biología CES estudia hibridación entre especies de osos hormigueros

Fotografía: Cortesía Sara Alzate Velásquez

La Tamandua mexicana y la Tamandua tetradactyla son dos de las especies de la familia de los mirmecofágidos (conocidos comúnmente como osos hormigueros) que habitan en el territorio de Colombia repartidos en buena parte de la zona norte y sur del país.

Sara Alzate Velásquez, estudiante de octavo semestre del programa de Biología de la Facultad de Ciencias y Biotecnología de la Universidad CES, está desarrollando una investigación que se centra en estas dos especies y que a través de un análisis genético y corporal podría determinar una posible hibridación entre estos animales.

Mi trabajo de grado se enfoca en observar un posible proceso evolutivo que ocurre muy poco en la naturaleza y que detalla genética y taxonómicamente a algunos individuos de estas especies que tienen algunas características que son propias de otra especie de su misma familia, lo que indicaría una posible hibridación”, explicó la estudiante.

Según Alzate Velásquez, la hibridación parte del cruce reproductivo entre dos especies distintas que producen individuos con rasgos y condiciones genéticas y físicas combinadas, como es el caso del cruce entre un burro y la yegua, que dan origen a la mula.

Este mismo proceso podría estar ocurriendo con los tamandúas estudiadas, especialmente en zonas del país en que ambas especies se reúnen en los departamentos de Caldas, Valle del Cauca y Cundinamarca, Quindío y Huila. Ya que hay individuos que comparten característica de una especie y otra, como es el caso del patrón de chaleco negro, una franja oscura sobre el dorso de la Tamandúa mexicana, que se está presentando en individuos de ambas especies cuando la Tamandua tetradactyla no debería presentarla.

La estudiante agregó que las tamandúas, y los osos hormigueros en general, son individuos con un rol ecológico muy importante, pues sirven como controladores de las poblaciones de hormigas y termitas que consumen y también son presas para depredadores como el puma y el jaguar que se alimentan de su carne.

Para lograr el análisis completo de las especies la investigación realizará una observación genética a partir de muestras de saliva extraídas de los animales y muestras de tejido sacadas de individuos que ya han muerto.

Nuestro estudio puede generar nueva información para las especies de tamandúa, se pueden dilucidar procesos evolutivos alrededor de estas y generar información que de soporte científico para su conservación. Esto hace parte de una idea más grande, donde el principal objetivo es poder caracterizar genéticamente poblaciones naturales en diversas especies, en especial las más traficadas”, explicó Juliana Martínez Garro, docente de la Facultad de Ciencias y Biotecnología y tutora del trabajo de grado de Sara.

Las investigadoras agregaron que, si bien la comprobación de una hibridación puede ser un descubrimiento importante a nivel científico (pues puede indicar la aparición de una nueva especie) se debe tener en cuenta que estos procesos evolutivos no suelen ocurrir en la naturaleza por causas espontáneas, sino que suelen producirse por intervenciones humanas, ya sea porque las especies se ven obligadas a desplazarse de sus lugares de origen coincidiendo con individuos ajenos a su hábitat, o porque los humanos propician estos cruces en circunstancias como el cautiverio.

La investigación cuenta con el apoyo la Fundación Aiunau, una organización que se encarga de la rehabilitación de animales silvestres en Antioquia para que puedan regresar a la naturaleza una vez son rescatados.

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