“#EnQuéEstamos

La charla Insectos: cuentos, mitos y realidades lo dejó claro: la ignorancia crea al monstruo, y los insectos quizá hayan sido lo más afectados por esta desafortunada clasificación. Monstruosos, feos, peligrosos, sucios, los insectos quizá no sean solo los organismo más diversos y necesarios del planeta, sino los que peor reputación cargan. Pero, ¿qué tanto merecen el juicio que se le hace?

Para Juliana Cardona Duque, bióloga con maestría en Entomología y profesora de la Universidad CES, la mayor parte de estas clasificaciones son infundadas o parcialmente ciertas. Para ella existen nociones que desde el aprendizaje y el entorno acaban por deformar la imagen que se tienen de los insectos. Basta ver como en el cine hacen el papel de antagonistas o como criaturas hostiles dignas de la pesadilla.

“He visto niños encantados al mirar y manipular una cuchara, y cuando se les dice que es cucaracha (que hay miles de especies de estas) inmediatamente cambian su percepción y les parece desagradable. Los insectos generan muchas pasiones, el miedo, por ejemplo, pero el miedo suele ser aprendido, viene de la educación” manifestó la bióloga.

Entre los miedos infundados el más común es el de la peligrosidad de los insectos que, si bien no se puede derrumbar porque hay insectos que pican, se debe tener en cuenta el porqué de su comportamiento.

“Los insectos solo pican en caso de defensa o algunos, como el zancudo hembra, lo hacen para alimentarse, pero solo es una mínima parte de la totalidad de los insectos. También se dice que trasmiten enfermedades, pero es parcialmente cierto, porque el insecto en sí mismo no es la enfermedad, sino que, en pocos casos, sirve como vector para llevarla” añadió.

Una amistad provechosa

Según el libro Insectos en Antioquia: Pequeñas historias, escrito por Juliana Cardona Duque y Camilo Flórez Valencia, de las cerca de un 1’800.000 especies descritas por la ciencia en el planeta, 1 millón de estas pertenecen al grupo de los insectos. Solo una mínima parte de ese total pueden lastimar o trasmitir enfermedades.

Estos casos de insectos que pican o enferman han terminado por contaminar los imaginarios de todo el grupo. Pero lo cierto es que, como explica Cardona, son muchos más los beneficios por su presencia en los ecosistemas, que el potencial daño que causan.

Basta mencionar su tarea como polinizadores que permite la existencia de flores y frutos, el reciclaje de materia orgánica, la generación de alimentos como la miel o, como ocurre en muchas culturas, que los mismos insectos son el alimento. También están sus aportes a la salud en procesos de recuperación como la terapia larval para cicatrizar, o los miles procesos biológicos en que participan para que otras especies también vivan.

La relación entre humanos e insectos puede ser muy provechosa para ambos. Una de las recomendaciones que da la profesora para cuidarlos, es la de tener conocimientos sobre la función que cumplen para eliminar estigmas. Si queremos tener visitantes florales en nuestros jardines, lo mejor es sembrar plantas con flores que sean de especies nativas, pues el polen que producen las plantas introducidas puede generar reacciones alérgicas en los humanos.

En este enlace se puede ver la charla completa