Escrito por: Laura Guerrero Coronado
Natalia Martínez Benjumea nació en Medellín en el 2004. Viene de una familia de administradores y contadores y fue la primera que se dedicó al área de la salud dental y encontró en ella una manera de mejorar la vida de comunidades con contextos difíciles. Ya está en el sexto semestre de Odontología en la Universidad CES y desde el inicio de su carrera ha participado en muchos de los voluntariados de la Facultad.
Desde niña se ha interesado por entender el mundo desde varias perspectivas y de Navidad siempre ha pedido libros. Además, su curiosidad por los dientes surgió desde muy pequeña en sus citas odontológicas, en donde le preguntaba a su doctora sobre detalles de los procedimientos.
“Ir a odontología era mi momento más divertido del mes, esperaba esa cita con ansias. Me encantaba hablar con mi odontóloga, preguntarle qué y porque lo estaba haciendo”, recordó Natalia.
Asimismo, su pasión se reafirmó con los voluntariados que debía hacer en el colegio, ahí detectó una fuerte problemática de falta de higiene entre los niños la cual provocó que les diera pena sonreír. Fue entonces como descubrió que su misión estaba en ayudar a los infantes para cuidar sus sonrisas. Lo que empezó como un requisito en el colegio, se convirtió en una verdadera pasión en la universidad.
“Cuando estaba en el colegio tenía que hacer obras sociales, nosotros nos encargábamos de unos niños y que me encontré con muchos niños acomplejados con sus dientes, eran personas de bajos recursos. No había tanto alcance por parte de una asistencia médica y eran muy acomplejados para sonreír”, afirmó la estudiante.
Más allá de la Universidad
La mayoría de las brigadas en las que ha participado han sido realizadas en el Valle de
se buscan, a través del juego y la pedagogía, enseñar sobre la importancia del respeto y autocuidado.
Dentro de las actividades están juegos, videos y cuestionarios que tienen como objetivo que los niños y a sus cuidadores reconozcan la importancia de cuidar sus dientes y creen hábitos en pro de ello. Aunque los niños son su público objetivo, también ha detectado incidencia de caries en los papás, por lo que su inclusión ha sido fundamental en el desarrollo de las jornadas:
“Es educar a los papás para que los niños crezcan con la mayor cantidad de dientes posibles. La pérdida temprana de ‘dientes de leche’ puede causar muchas complicaciones al futuro que se podrían evitar cepillándose los dientes. Es mucho educar a los papás porque ellos son los que dan el ejemplo”, explicó Natalia.
A su vez, las obras sociales han sido una oportunidad para que la estudiante CES logre establecer vínculos de confianza más fuertes con los pacientes y desarrolle una atención humanista e integral.
“La gente le tiene mucho miedo a la odontología, entonces la relación con el paciente es demasiado importante desde el momento cero: calmarlo, decirle que está seguro y que no le va a pasar nada. Como yo me he desarrollado en voluntariados con niños y con ellos hay que tener mucho tacto, esto te entrena cuando llegues a clínica poder tener esa empatía con el paciente. Incluso has vivido con poblaciones muy vulnerables y con mucho miedo entonces ya sabes cómo hacerlos sentir más tranquilos”.
Así es como la Universidad CES apoya y promueve espacios para los estudiantes que tienen como propósito generar un impacto social, puedan encontrar espacios académicos y afiancen sus habilidades técnicas y sociales. Natalia Martínez es una muestra del compromiso de los estudiantes CES por aportar a la formación de un mundo en donde la salud llegue cada vez a más personas.

Universidad CES
Cl. 10a #22 – 04
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